Congelada bajo el cielo rugiente, se quedó quieta, entendiendo lo que acababa de pasar. Luchando contra sus pestañas hacia él por centésima vez, pensó que era surrealista, su mente le estaba jugando trucos. Él se aclaró la garganta, arqueando la ceja hacia ella, indicándole que entrara, haciendo que un miedo inexplicable se apoderara de su mente. Sus ojos oscuros brillaban con malicia. Mirando el camino estrecho hacia su derecha, hizo un debate rápido.
Respirando profundamente, tragando un gran nudo en la garganta, se preparó y corrió.
El pánico se disparó en sus venas cuando escuchó que varias puertas de coches se abrían.
Empezó a correr como si le fuera la vida en ello, golpeando los árboles y arañándose la cara todo el tiempo.
**Sasha** se quitó los tacones de asesina y giró por un callejón, pero clavó los pies en las afiladas rocas de grava. Los bordes de la piedra le cortaron los pies, mientras la respiración se le atascaba en la garganta. Manchas blancas invadieron su visión haciéndola mareada. Intentó con todas sus fuerzas recuperarse.
Echó un vistazo furtivo detrás de ella y vio a cuatro hombres sombríos siguiendo sus pasos. Estaban corriendo. Rápido.
Se acorraló y se escondió detrás de un bote de basura. El olor a felino y vómito le golpeó las fosas nasales haciéndola sentir náuseas al instante. Este lugar era un desastre, literalmente apestaba con varios olores desagradables. Contenedores desbordándose de basura y escaleras de incendios estaban por todas partes. Cubriéndose la nariz y la boca con la mano en un intento de evitar que este olor a basura podrida invadiera su sistema, se quedó allí quieta.
'¡Mierda, **Sasha**! ¿En qué te has metido?' pensó para sí misma antes de que su mente la llevara de vuelta al momento en que todo comenzó.
*Hace unas horas.*
Vestida con un vestido corto esmeralda que no le quedaría a una niña de 8 años, tacones altos y un bolso dorado colgado de sus hombros, entró en el club con luces negras pulsantes.
La pista de baile brillaba con rayos láser azules y verdes que salían de las luces giratorias del techo. Como era sábado por la noche, el club estaba lleno de gente bailando y saltando con la música palpitante del DJ. Parecían los pingüinos amontonados en el frío, solo que estaban drogados.
'Chicos, apestan.' **Sasha** murmuró, molesta con sus amigas.
Era su cumpleaños número 18 y para hacer explotar el globo de aislamiento en el que se había encerrado **Sasha**, sus amigas la obligaron a entrar en este club para celebrar.
'Vamos, gatita, vamos a fiesta.' **Shelly**, su mejor amiga, chilló, dándole un codazo juguetón en las costillas.
Un grueso maquillaje con alas en blanco le cubría la cara mientras sus labios estaban pintados de un color rojo brillante. Su pelo color caramelo había sido recién cortado en un corte bob a la altura de los hombros. Al igual que sus amigas, **Sasha** también llevaba una tiara de anillo dorado realzando su aspecto.
'Feliz Cumpleaños **Sasha**.' Gritaron sus amigas en su oído, por encima de la música rave, mientras caminaban hacia la pista de baile obligándola a presionar sus palmas sobre sus oídos.
La empujaron al centro mientras la rodeaban y bailaban como serpientes. Joder, son hilarantes. Todo lo que podía hacer era reírse a carcajadas hasta que le doliera el estómago. Sosteniendo la mano de **Sasha**, **Shelly** simuló un pequeño baile en pareja con ella, honestamente, era más bien un acto gracioso.
Dejó que todas sus penas se desvanecieran en este mundo de diversión, alegría y disfrute. Dejando atrás su pasado, **Sasha** estaba lista para jugar, pero ¿cuánto sabía que su pasado estaba en camino, para chocar con ella y empujarla de nuevo a la burbuja de la que tanto se esforzaba por salir?
Después de un rato bailando y saltando **Kara** dijo, '¡Guau! Estoy cansada. Vamos a tomar algo.'
De acuerdo con ella, dejaron la pista de baile.
El hedor a alcohol y humo inundó sus pulmones cuando se dirigieron hacia el bar. **Sasha** insistió en tomarse una cerveza ligera para ella. Siendo una chica petite y débil ahora, se había vuelto demasiado sensible al licor.
En poco tiempo todas sus amigas estaban emergidas con chicos, excepto **Shelly**, que estaba esperando a que llegara alguien especial.
La música alta y el ambiente pegajoso estaban empezando a afectar a la cabeza de **Sasha** ahora.
'**Shelly**, ¿por qué no vas a disfrutar? Creo que me gustaría volver a casa.' Dijo, tratando de ser lo más sincera posible.
'¿Y cómo vas a volver? Ya son las 12 de la mañana, lo que significa que no hay transporte público. Y el coche que trajimos se lo ha llevado **Stacy**. Así que la única opción que nos queda es pedir ayuda a mi encantador novio...' Le guiñó un ojo, 'Y por cierto, tengo una sorpresa para ti esta noche, solo espera.' Los ojos de **Shelly** registraron el club buscando a alguien y cuando finalmente lo encontró, gritó. '¡**Roy**? ¡Aquí!' Agitando su mano hacia un chico que acababa de entrar, saltó sobre su asiento.
El chico llamado **Roy** se acercó a ellas, dándole un abrazo que rompía los huesos a su novia **Shelly**. Pero no estaba solo, con él estaba un chico **Jane**, de piel clara, cuyos ojos marrones recorrieron todo el cuerpo de **Sasha**, haciéndola sentir como si tuviera que cubrirse con chaquetas, incluso la cara.
'**Shelly**, este es mi amigo **Jane**. **Jane**, esta es **Shelly**, mi novia, y esa es, supongo, **Sasha**?' preguntó **Roy** señalando a **Sasha**.
'Sí. **Sasha**, este es **Roy**, mi novio, y ese es **Jane**. Tu cita a ciegas para hoy.' Dijo **Shelly** guiñando un ojo a su mejor amiga. Pero al escuchar esas palabras, **Sasha** se atragantó con su bebida.
Acariciándole la espalda, **Shelly** preguntó con preocupación en su voz, '¿Estás bien?'
Asintiendo con la cabeza, **Sasha** se limpió la cara con un pañuelo antes de, posarse.
'Vale, ahora, **Jane**, ella es toda tuya.' Se rió **Shelly** antes de empujar a su amiga hacia delante, ganándose una mirada furiosa de **Sasha**. Pero lo desestimó inmediatamente dirigiéndose a la pista de baile con su cita agarrada a su brazo.
No era que **Sasha** sintiera colores y chispas con este chico, pero sí, quedarse sola con un completo desconocido llenó la habitación de incomodidad.
Como un caballero, **Jane** le corrió una silla a **Sasha** antes de sentarse justo a su lado. Honestamente, su presencia le trajo una cantidad inexplicable de incomodidad. Definitivamente iba a matar a **Shelly** por esto.
'¿Así que qué puedo pedir princesa?' preguntó **Jane** mientras su voz estaba impregnada de una dulzura falsa mientras se inclinaba hacia delante tocando la rodilla de **Sasha** con la suya, haciéndola estremecerse.
'G..Gracias, pero en realidad no necesito nada, y todavía me queda mi bebida. Supongo que es suficiente para esta noche.' **Sasha** tartamudeó agitando su vaso hacia él.
'¡Oh, Cariño! Solo le quedan unos pocos tragos y créeme, no es suficiente para la noche de hoy. La noche de hoy va a ser grande... No va a terminar pronto.' Se burló, guiñándole un ojo. La malicia en sus ojos era suficiente para alarmar a **Sasha**. Estaba lo suficientemente decidida a evitar cualquier bebida de él. Parecía un chico de chocolate, un playboy para **Sasha**, que está aquí solo para lograr sus deseos malvados y ella no está en absoluto de humor para entretenerlo.
'**Simon**.' gritó al camarero que apareció en poco tiempo.
'Hola **Jane**.' Respondió, al notar la belleza junto a su amigo, **Simon** preguntó, '¡ooh la la la! ¿Quién es esta chica tan guapa?'
Burlándose de **Simon** respondió, 'Mi cita a ciegas. Pero creo que no se lo está pasando muy bien, ¿puedes prepararle una bebida especial?'
'Realmente no la necesito.'
El camarero la ignoró y dijo, '¡Por supuesto! cualquier cosa por la impresionante cita de **Jane**.' Dijo mientras giraba la esquina.
En poco tiempo, **Simon** dejó una bebida azulada.
Pudo oler algo sospechoso y se recordó mentalmente que pase lo que pase no bebería esta cosa. **Jane** le tendió el vaso y después de pensarlo un rato lo tomó, volviéndolo a poner en la mesa mientras decía, 'No me apetece tomarlo ahora, tal vez más tarde.'
Aunque a **Jane** no le gustó la idea de ignorar la bebida ahora mismo, lo dejó pasar con un asentimiento. Sabía que ahora o más tarde conseguiría que se la bebiera.
'¿Por qué no me cuentas algo sobre ti?' dijo **Jane** para romper el hielo y que ella fluyera un poco.
'¿Qué pasa conmigo? Soy solo una chica sencilla, que trabaja en un restaurante.' Aunque tenía más cosas para sí misma, pero lo cubrió todo ya que no tenía ningún interés en interactuar con él. '¿Por qué no cuentas algo sobre ti?'
Empezó a hablar, en realidad mostrando su vida, su aspecto, sus poderes, mientras ella se sentaba allí delirando su mirada por todas partes, buscando una forma de escapar de él.
Justo entonces sus ojos se posaron en una figura alta con pelo castaño chocolate, bailando en la esquina. Su corazón se encendió. Escudriñó a la chica que estaba cerca de él. Llevaba un vestido Prada azul con corte de pez, el pelo largo de Rapunzel atado en una trenza de cola de pez y llevaba un maquillaje mínimo de tono natural, a diferencia de **Sasha** que estaba helada con capas de corrector, solo para ocultar sus manchas oscuras. Parecía una sirena preciosa con la belleza más sencilla. Se dio cuenta de que la chica por la que él la dejó sí valía la pena. Una lanza le atravesó el corazón, entumeciéndola. No podía ver el club, ni a **Jane**, todo lo que podía ver era a **Alex**. No podía creer que estuviera de pie ahora ante ella. Su corazón latía salvajemente en su pecho casi imitando a un pájaro en su jaula.
Cuando la chica tomó la mano de **Alex** rodeándola en su cintura y acercándose a **Alex**, rodeando sus brazos alrededor de su cuello, **Sasha** sintió una sensación de traición brotando en sus venas. Las lágrimas estaban listas para caer, pero se controló, reprimiendo sus gritos y asfixiándose en silencio.
Notando que su cita estaba ausente, **Jane** aprovechó la oportunidad para atraparla. Le entregó la bebida a **Sasha**, que primero la evitó, pero cuando vio a **Alex** acercando a la chica a él, perdió la cabeza. Le arrebató la bebida de la mano de **Jane**, y tragó el líquido ardiente. Tosió mientras le picaba la garganta y las lágrimas brotaron en sus ojos. Sintió el líquido ardiente abriéndose paso por su garganta y su cabeza empezó a sentirse ligera casi al instante. Pero no podía sacar a **Alex** de su mente.
La forma en que aseguró a la chica, la protegió de las manos de otros hombres, cavó una ola de recuerdos para ella.
Hace unos meses, ella era la afortunada de tenerlo todo para ella sola, de ser asegurada, protegida y preservada por él.
Todavía recuerda el momento en que **Alex** golpeó al chico hasta la sangre, solo por ella. Estaban viajando en metro, a diferencia de lo habitual ese día, **Sasha** vestía un vestido de verano rosa, que lucía su piel blanca cremosa maravillosamente. El chico tenía la mirada puesta en ella desde que entraron en el tren. **Alex** estaba demasiado interesado en esconder a **Sasha** de su mirada lujuriosa tanto como pudiera. Y cuando ese hombre sucio se detuvo justo detrás de la espalda de **Sasha** para tocarla de forma inapropiada, **Alex** rápidamente los giró, de tal manera que **Sasha** fue presionada contra su pecho, respirando su cálido aroma mientras **Alex** estaba en su lugar mirando su espalda hacia el chico. Esa fue la primera vez que sintió una chispa en su corazón, cuando se dio cuenta de su creciente interés por **Alex**. Pero eso no fue suficiente, cuando estaban saliendo del metro, incluso después de sus múltiples intentos, el chico ni siquiera pudo poner su pequeño dedo sobre **Sasha** por culpa de **Alex**, pero sí que murmuró un montón de palabras incoherentes a **Sasha**. ¿Qué habría pasado después? **Alex** perdió el control y golpeó al chico hasta que quedó negro y morado. No solo en el metro ese día, sino que **Alex** siempre había sido sobreprotector con **Sasha**. La convencía cariñosamente de no usar vestidos cortos en público o si no correría por las calles golpeando cada ojo malvado que la mirara.
¡OH! Esos recuerdos eran como cuchillos para su corazón y no quería nada más que olvidarlos.